Actualmente, el Plan contra el Cambio Climático 2030 del Gobierno de Alemania está en boca de todos. Sobre todo en el sector del transporte se pretende reducir las emisiones entre un 40 y un 42 % con respecto al año 1990.
Hasta la fecha se han matriculado en Alemania unos 200 000 automóviles eléctricos. Esto corresponde a una proporción de aproximadamente un 0,5 %. Sin embargo, la proporción de movilidad eléctrica será insuficiente para alcanzar los objetos climáticos establecidos.
Por este motivo, los vehículos propulsados por gas natural están llamados a jugar un papel central como tecnología puente. La legislación también garantiza subvenciones para el GNC (gas natural comprimido) hasta el año 2026.
Además, la propulsión por GNC ofrece considerables ventajas. Cerca de 900 estaciones de repostaje de gas natural en Alemania garantizan el abastecimiento en cualquier lugar. A diferencia de lo que ocurre con los coches eléctricos, el proceso de repostaje propiamente dicho dura solo unos pocos minutos. Asimismo, los motores de combustión interna existentes se pueden modificar con un coste relativamente reducido para que puedan quemar gas natural además de gasolina.
Los automóviles de GNC también pueden procesar sin problemas biogás, lo cual permite su funcionamiento climáticamente neutro sin emisiones de CO2.